Se propone de nuevo el servicio militar , la venta de armas aumenta, la guerra y el conflicto se expande, la violencia parece como una mancha de aceite ir consiguiendo cada vez más un mundo diferente. No es casualidad que los trabajos de seguridad, de control, de guardianes, de vigilantes se situen en los más buscados. Vigilar y castigar. Los sistemas penintenciarios incluso parecen no poder redimir las almas de quienes un día hicieron el mal . Saturados , parecen impedir reinserciones, rehabilitaciones, restituciones. En la era de los derechos humanos cuando el siglo XX había pasado dos grandes guerras mundiales parecia que anunciar que la lección de Auschwitzch nos daba que reflexionar . Sin embargo no ha sido ha sí en ningún sentido. Kafka ha vaticinado con sus novelas expléndidas que este mundo carece de sentido y que una ley nos impide descubrirnos a nosotros mismos como seres que nos autoexterminamos a marchas forzadas. La libertad de la Revolución Francesa , el grito de guerra de los jacobinos se ha perdido hoy. Vivimos en el miedo , con el miedo y para el miedo . Nos sostenemos en esas miradas como muertos vivientes que no vemos, no sentimos, no escuchamos … incapacidad para sentir la vida tal como es. La libertad ha dejado de ser un valor hoy. No somos libres en nada, ni con nadie, ni para nada , ni para nadie. Determinados por la salud , las vacunas, determinados por el consumo , compramos lo que nos dicen, deteminados por las ideas, pensamos lo que nos dicen, … se instaura así ciertas dictaduras de una aparente libertad que nos con IA , dirigen algorítmicamente hacia los deseos que compramos, vivimos e incluso nos morimos con esta falta de libertad que apoderada por otros nos miente y nos convierte en LOST