
He salido a volar. Siempre lo hago con mis amigos. Voy entre los patios del interior de las islas de los edificios. Llenos de jardines con árboles, flores, plantas, me permiten parar, continuar, picotear semillas, gusanillos entre los huertos urbanos.. Me siento feliz de ser pajarillo libre dentro de mi ciudad. Ya hace tiempo que planeo y revoloteo sintiendome alegre. Hace días encontramos una casita llena de pelo de cabra, a su lado un nido y más allá un enorme bastoncillo lleno de semillas de todos los colores. Que rico está todo!! Incluso una pequeña fuente de agua. Que ilusión poder acercarse de mañana cuando el sol ha salido. Ayer como siempre volví sin saber que seria mi último día. Mientras comia los granos que habían caído en una maceta sentí como algo saltaba encima mio. Me agarró por el cuello con sus dientes afilados mientras batia mis alitas para poder escapar, Pero con unas patas negras se agarraba todavía más. Poco a poco dejé de respirar.. fue entonces cuando note que un humano intentaba salvarme de ese gato negro que me atrapó. Finalmente me recogió en sus manos ya sin vida. Mis ojitos se fueron apagando. Me depositaron en la maceta llena de tierra que tantas veces había aterrizado. Ahora ya no podré volar más.