La estampa de esta felicidad ficticia la posee esta gatita de nombre Cleo que ya no está. Cuando dormía de forma plácida parece que su mundo era entonces pleno. Esa satisfacción inmediata no es la que nos encontramos los humanos. La felicidad es una posibilidad que más bien nos desespera y nos hace soñar en un futuro mejor que nunca llega. Agustín García Calvo escribió mucho, pero entre sus artículos la felicidad siempre la trato como esa aspiración a creernos en las mentiras. Precisamente porque los instantes de nuestro tiempo son efímeros nunca se alcanza el deseo aunque si la satisfacción. En momentos hedonistas de consumo sólo satisfacemos el instinto básico primario y nada más. El camino de ser feliz en el fondo es la insatisfacción eterna con lo que pensamos, somos y deseamos. El camino de la verdad es otro. Amar se encuentra en esta última senda . El amor nos permite ser sinceros y autentificarnos como aquello que rechazados los miedos somos y tenemos. Cleo amaba la esperanza de encontrar un hogar donde le dieran alimento, donde se cobijara del frio, donde se sintiera en paz de posibles enemigos, donde pudiera dormir como una auténtica gata europea .