
Nadie querría responder por señalarlo como un malvado.
Como si no fuera importante falsear la verdad, a veces configuramos el perfil de los malvados muy a pesar nuestro. Un día empiezas por callar algo que sabes que compromete la verdad y poco a poco avanzas hacia la mentira,la falsa verdad simulada como si fuera una nimiedad sin importancia. Durante una guerra sea en los campos de batalla, como en la retaguardia, las decisiones que se toman y se gestionan sirven para adjetivar al hombre o a la mujer como buenos o malvados. Así ,quien decide emplear mano de obra esclava , a precios infrahumanos, está tomando una decisión que afectará a la forma de vivir del trabajador y a sus condiciones posteriores de vida y felicidad. Vivir precariamente significará para el obrero dejar de acceder a condiciones de salud mínimas como una vivienda, una buena alimentación, la construcción de una relación social estable, … Quien ha decidido el trabajo de los otros o las otras ,pone en su decisión la dignificación o no de la vida de los demás. En los campos de trabajo, los campos de concentración e incluso los campos de exterminio del nazismo o los gulags soviéticos,el lema que en las puertas de entrada había recordaba a quienes trabajaban en él con un enorme cinismo por parte de los altos cargos. Esa elección no estaba tomada de manera irracional, sino todo lo contrario obedecía a una ideología que proponía que el diferente, el que no es como uno mismo, debe ser rechazado. Resulta fácil entender eso si la diferencia la basamos en algo como la discapacidad, el color de la piel, la religión, la altura, el físico en general. Pero hablar de diferencias políticas como aquellas que nos separan por el hecho de ser rojos, comunistas, independentistas, nacionalistas, anarquistas, socialistas, responde exclusivamente a una diferencia de tipo ideológico. Son las ideas las que separan y segregan la comunidad en tanto que el principio democrático de la igualdad, la fraternidad, la libertad se pierde. Por ejemplo podemos entender lo que andamos diciendo cuando nos referimos a la diversidad de colectivos basados en el sexo, género. Es difícil de entender que una religión utilize su dogmatismo para defender una intolerancia hacia los colectivos que no concuerdan con sus ideas religiosas. Porque no sólo hay un rechazo sino también hay una exclusión y una expulsión de lo diferente , lo otro , lo considerado pecaminoso o malvado en sí mismo. Así en el nacionalcatolicismo las ideologías consideradas comunistas eran incluso encerradas en psiquiátricos y tratadas con métodos violentos de terapia de choc . Recordemos la obra de Almudena Grandes «La madre de Frankestein que se recuerda las prácticas de Vallejo Nájera con las mujeres rojas y sus hijos e hijas. También paises asiáticos utilizan estos métodos de reinserción social adocenando las mentes de los súbditos rebeldes. Con esto lo que queremos decir es que en la actualidad el cambio de valores sociales hacia un individualismo narcisista permite sin problema que quienes deciden la vida de la ciudadanía tomen decisiones ligeras y claramente malvadas. Precisamente no es fácil ver como un dirigente como gobernador de un país asiático que ha sufrido un terremoto llevándose a miles de personas se rompe a llorar por la impotencia con sus ciudadanos. Una imagen difícil de ver en Occidente si no resulta para hipócritamente pedir perdón o realizar gestos simbólicos que añaden votos a sus partidos. Esa bondad del político en el fondo esconde una enorme y gran maldad. Cuando una organización económica que utiliza el ocio como negocio juega con los valores humanos e incluso antepone las libertades y la tolerancia está haciendo de bondadoso malvado. Hannah Arendt en su llamada «banalidad del mal» tan sugerida en nuestros tiempos por intelectuales y pensadores para justificar ese mal que nos hacemos , para comprender el mal sin poder justificarlo, hablaba de comunidad política y seguramente está fue una de las razones para no querer defender el sionismo o una idea de una Israel que ella no compartía. Volviendo pues a nuestra disertación queremos decir que simular hacer el bien está de moda , para ello existen etiquetas y causas que lo ponen muy fácil como campañas solidarias, fondos de solidaridad, planes de desarrollo. Esta manera de camuflar la verdadera injusticia permite que grandes corporaciones, entidades bancarias, grupos económicos se limpien su imagen para ser el malvado bondadoso. Decidir no es nada fácil , si en cambio resulta fácil culpar y criticar a quienes han tomado decisiones por uno o una. Una ciudad que no marcha bien es atribuible a sus dirigentes desde las plagas de animales que se extienden hasta la inmigración hasta el tráfico o la contaminación … e incluso los zapatos o los alimentos que la ciudadanía consume . Sin embargo en la política se decide para los demás, para todos y todas , para un país, un continente , un planeta . Que un país decida no hacer caso de las energías fósiles y siga contaminando no es un problema económico solo del país mismo, afecta al resto del mundo. En esos bondadosos malvados anda el mundo metido actualmente , los que hacen y deciden guerras, los que gestionan el cambio climático, los que permiten la inflación.. eso si como bondadosos malvados seguramente no les caerá más que una reprimenda si un día son sorprendidos con las manos en la masa.