Urgencias


Hemos entrado en el submarino, el pasillo largo y estrecho con una luz de neones nos dibuja un aspecto irreal . Al fondo se oyen quejidos , llantos diría yo, alguien grita desesperadamente y manda el dolor a la rabia de este mundo cruel e injusto. Al lado una mujer mayor ha entrado , su rostro muestra la desubicación del no saber donde se encuentra. Algunos hombres y mujeres con batas blancas arriba y abajo. Un número apuntado en un papel nos dirige a una red de líneas verdes, azules, amarillas. Seguimos de forma obediente esperando que al final de la verde encontremos algún remanso de paz. Pero no es así , más bien al abrir la puerta nos encontramos una treintena de seres humanos en sillas de ruedas, en camillas, en el suelo que muestran sus rostros perdidos. Acaban de llamar al número =3456 , no es el nuestro. Llevamos ya una hora y media y por fin una voz grabada y metálica nos dicta el número nuestro : Pasen al «triatge» . No somos capaces de entender que es eso. ¿Acaso alguien lo sabe ? Los jóvenes se besan en ese recodo que les parece un mundo personal y único , sus caras por un momento les devuelven la felicidad. Entramos por fin en un cubículo pequeño y estrecho donde una doctora de bata verde con su fonendo nos pregunta a qué venimos ..La fiebre ha subido . Nos dirige de nuevo a la sala verde y otra vez a esperar. Un hombre mayor en la camilla se ha dormido esperando el no se qué , porque no sabe donde acabará. La mujer de bata blanca ha entrado en la sala número 2 y narra su dolor de existencia . Doctora no puedo más llevo con optamidol, paracetamol, zirbengetan, tranxilium, Ansiesotius … La mujer se pone a llorar. En la sala todos estamos pendientes de su llanto. La doctora con acento puertoriqueño le manda a cirugía . La calma y le dice que nada está perdido. Nos vuelven a llamar ya llevamos más de 3 horas en el hospital. El móvil no deja de vibrar. No se queja ella . Por fin parece que necesitan quitarle mucha sangre. Han especificado que no es algo usual , hay que hacer un cultivo , parece que existe un problema con un mosquito tropical . En la camilla espera. Me rindo en un banco con mi muleta a cuestas mirando al vacío. Las urgencias han cambiado de horario. Un médico muy simpático cubano nos ha explicado un chiste. «Dame chance , dame chance..» le dice una mujer a un hombre cuando este le dice que está bonita. No hay manera de encontrar las venas donde le circula la sangre, o sea, la vida. Por fin nos mandan a un box donde en camilla intentaran de nuevo después de 7 veces de pinchazos encontrar esa sangre tan necesaria para encontrar el bicho . Me sientan en una butaca mirando como ella en la camilla reposada mueve su mano en señal de dolor. Dos enfermeras intentan lo imposible. Entonces me acuerdo de Prajnaparamita, la sabiduría y compasión , y su mantra Om gate, gate , paragate, parasongate, bodhi soha. Mi energía está puesta allí . Por fin al conseguido sacarle tres tubos de sangre . Piden ahora una vía en la mano para inyectarle la medicación pero no lo han conseguido. La quimio le hizo mella en su día. Nos dejan en ese box tranquilos , fuera un mundo ajeno a la especie parece que habita en la vulnerabilidad de los desconsolados, los abandonados , los perdidos. Parejas , hombres mayores solos, mujeres mayores esperando algo, … Nosotros por suerte estamos a cobijo. En la hora quinta un médico nos saca de la sala o box nos sentamos en el pasillo de nuevo observando el tiempo detenido. Los resultados del cultivo estarán en más de dos horas. El mundo está perdido pienso por un momento , la medicina no avanza con la necesidad de humanizar la dignidad de lo humano . Las ambulancias llegan con camillas impacientes para ser descargadas como si se tratara de una mercancía más. Por fin nos vuelve a salir por la pantalla el número de nuevo . Una doctora nos dice que ella puede tener luces para marchar a casa con la medicación que hemos de conseguir a las 12 de la noche. Nos reímos , es el primer momento del día que estamos algo mejor. Por fin saldremos a la calle. La fiebre no le ha disminuido pero la medicación es necesaria . Al llegar a casa sentimos un gran alivio . Mañana será otro día .

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