Desde que Freud formulara que los sueños son una estrategia del ello para que se manifiesten las pulsiones de manera simbólica, por lo cual debía distinguirse entre el contenido explícito y el contenido latente del sueño, la interpretación de los sueños, incluso por parte de terapeutas y psicoanalistas, es la resultante de la capacidad intuitiva desarrollada de la propia experiencia como pacientes de estos. Es una quimera creer que podemos interpretar los sueños de otros si anteriormente no hemos vivido un proceso terapéutico psicoanalítico interpretando los propios.
Cuando lo dicho se aprehende por experiencia propia, somos capaces de apercibirnos de la riqueza que contienen los sueños como material a partir del cual identificar qué yace en nuestro inconsciente en estado de ebullición, lo cual, a su vez, se manifiesta mediante nuestro estado de ánimo, nuestras reacciones a determinadas situaciones y en la relación con los otros. La capacidad e importancia…
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