
Como siempre idiazabal, el queso que me descubrió mi padre. Me gusta deleitarme en un sabor ahumado que me recuerda mis a aventuras navegando en la bodega del navio Suliman. Esa època fui muy feliz.. eramos más de 300 amigas y conocidas. Me movia por donde quería y sentía viva , a pesar del riesgo de ser atrapada y muerta, sea por veneno o por trampa ratonera. Viva y respirando por mis narices.. Ahora que vivo en la calle frente a un supermercado y cerca de unos contenedores es otra cosa.
Un rato me lo paso creyendo que los vecinos vendran a por mi como gatos cazadores que son. Otro me distraigo imaginando un mundo sin Hamelin, o también un mundo alegre.