
Sniff , sniff si no fuera porqué andaba perdido no me puse a buscar el gato negro dentro de mi habitación . La filosofia que trato de encontrar no es nada facilona. No la veo en las estanterias de mi casa llena de obras de pensadores y filósofos. No se escribe en los bestsellers de las autoayudas ni de los psicólogos camuflados en los otros filósofos de guardia. La habitación anda oscura y apenas alcanzo a tocar nada y si lo consigo me pierdo facilmente en falacias y falsas ideas . Precisamente ayer me encontré con una paradoja al leerme el final del libro «Los amnésicos» de Geraldine Schwarz donde en el epílogo un profesor de historia contemporánea habla de la Ley de la Memoria y de la Guerra Civil . Al leerlo entendí lo que creo que decía el texto para ello me lo pense en alto más de un par de veces pero más tarde en la habitación a oscuras otras voces me decían que estaba equivocado. Ellas decían que era un escándalo de reflexión por parte de un profesor que parecía que todo en historia andaba superado en este país nuestro . Pense que no había entendido nada de nada y me deprimí como a lo largo de mi tiempo de vida andaba haciendo al dar clases de filosofía cuando nadie escuchaba o bien quienes lo hacían poco entendían de lo que hablaba. Seguí dentro de la negrura de mi espacio y me puse a seguir a tientas los entresijos de recodos y limites . Mi propósito era encontrar el gato negro que tengo y que se lo llamo Nur , como la diosa . No era posible encontrarlo por ninguna parte . Al fin caí en la cuenta que puede que lo que estaba haciendo era absurdo porque no se trata de profundidad en la oscura noche del alma dentro de la filosofia sinó de encontrar algo , un gato negro , difícil de ver y de palpar, de distinguirlo … Cansado ya de horas y días , años y vida sólo me quedaba la posibiidad de pensar que quizás el gato negro no exista en mi habitación a oscuras.