
¿Te parece bien lo que me está pasando ? – le ha dicho ella .
El no responde , mira en ese momento un niño que bosteza después de tomar su biberón.
Ella insiste y le vuelve a decir , ahora con un tono de voz más alto : ¿No te das cuenta de lo que nos pasa ?
El ha decidido levantarse y ir hacia el baño, lo que le alivia de no escucharla .
¿pero ahora a dónde vas ? ¿No te das cuenta que te estoy preguntando ?
A penas el se ha girado y parece que sus pies ligeros tengan prisa por abandonar la escena .
Ella piensa entonces sobre el valor de la vida en esos momentos . Seguramente se da cuenta que nada vale nada, que las palabras no se oyen, que los gestos nos matan, que la comunicación nos incomunica …por eso , ha decidido lanzarse por la azotea .
Sube al ático y luego vienen las escaleras … tres peldaños , entonces viene la puerta de hierro, no hay nadie en ese momento . Se sienta en la barandilla asomada hacia el vacío. El aire le da en el rostro , se siente bien . Por fin va a darse cuenta de ese valor que tanto busca y se pregunta.