
Quienes nos preguntamos para qué vivimos seguramente es porque cierta búsqueda de sentido nos obliga constantemente a pensarnos a nosotras mismas. Los clásicos ya meditaron sobre esta idea y hablaban de ese cuidado de si misma , de ese conocerse a una misma . Por eso pensarse en el fondo es un camino existencial que advierte que vivir no resulta un caminar ligero de equipaje aunque lo deseemos tantas y tantas veces. Los primeros pensadores como observadores de la fisis creyeron que la realidad se explicaba por sus principios más elementales , fueran de forma reduccionista a un sólo principio como los Milesinos , en la costa de Jonia , Asia menor o bien por más de un principio como los llamados atomistas o pluralistas como Demócrito entre otros . Sin embargo también hubo pensadores que empezaron a pensar que en esa acción en el fondo la realidad se nos escaba y por eso no podemos como los autores anteriores reducir el mundo y la existencia a principios de orden material . Esos primeros metafísicos entendían el ser como algo unido al pensar . Eso obligaba como Parménides o Zenon a creer que sólo es posible pensar aquello que no contradice el pensar, lo que no puede ser o no pensarse. Este camino que utilizando la poesia o la lógica de los primeros tiempos puso en evidencia que somos lo que pensamos obligaba a desacreditar que el simple opinar , o sea el simple decir sin pensar no es válido o posible para hablar de la existencia. ¿Qué quiere decir esto? Pues que el pensar compromete el ser , o sea, es la única verdad posible que nos hace reconocernos. Los otros pensares en el fondo se alejan de la verdad porque olvidan que el lenguaje configura la realidad en la medida que la categoriza y la convierte en existencia en concordancia con el ser mismo.
Todo esto da que pensar hoy . Cuando escuchamos discursos de instituciones sean del tipo que sean descubrimos que pocas de ellas tienen este compromiso con la verdad . Por eso no creo que debería sorprender que hoy ese ser comprometido con lo que pensamos y lo que decimos se encuentre en un camino donde demasiadas bifurcaciones obligan a pararse para saber por donde tirar .
Platón posterior a estos primeros pensadores en ese intento de pensar el mundo entendio que la aletheia ( verdad) era importante y que en ese final que permite entender y saber lo que es ( esencia de la naturaleza de las cosas ) la justicia y el Bien nos descubren capaces de señalar el camino (método) que debemos escoger. Sin embargo no deja de ser un «deseo» una idealización de lo que pensamos . No es lo mismo amar a la otra persona que desear amar a la otra persona . Platon al separar el mundo de las sensaciones captado por los sentidos del mundo de las ideas promueve de alguna manera lo que los pensadores cristianos como San Agustín o Santo Tomás en la Edad Media nos dibujaran . La verdad no está en esta vida, los caminos son inexcrutables hacía el paraiso , el cielo. Aunque la diferencia entre estos dos autores cristianos originará una diferencia muy notable en las sendas hacia la verdad.
No será hasta Baruch Spinoza que ese idealismo sse verá cuestionado como tal . En el fondo en esta existencia cuando intentamos hablar de nosotros mismos lo hacemos desde emociones, sentimientos, sensaciones que nos aparecen y desaparecen y que generan amistades y enemistades ; o bien desde una razón que valora, reflexiona, analiza ..