
Mirar es dirigir hacia. Hoy ser dirigente casi provoca encaminar hacia un lugar fijo. O sea enrutar adoctrinando.
En el cine M. Haneke o Lars Von Trier dirigen como Lynch hacia la forma para que el espectador observe lo deseado sin opciones. No es el cine de Jarmusch ni de Rosellini o Visconti.
El cine de Ulrich no mira ni observa ni contempla más bien ve lo que el ojo del espectador considera al ver