
Sencillamente sonar el tañido de las campanas cuando advierten que todo el silencio del fondo se vea roto por estas es advertidor. En ese repiqueo la música presenta casi todo como cercano. El campanar insufla en el aire la prebenda de un amable decir al estilo carrillon. Por eso en todos los pueblos la campana anuncia y denuncia cuando un pueblo se siente unido o separado entre si.