El mundo está perdido. ¿Quién pondrá antes la vida que la economía y productividad de un país, un estado o una nación ? La competencia o la vida se convierte en la razón instrumental del pragmatismo social. La franja de los 65 a 85 años ha dejado de tener esperanza de vida. El viejo dilema de ¿A quien salvarías en un naufragio a lo Titanic tiene hoy razón de ser? El utilitarismo neoliberal no se hunde , todo lo contrario está más vivo que nunca. Las industrias farmaceúticas han enriquecido sus depósitos de capital , los países emergentes batallan para ganar una guerra .
En ese sueño que me desperté esta mañana tu mirada era indiferente. Algo roto en mi interior ha permanecido largos años sesgado por el recuerdo . El silencio y el silenciarse indican la voluntad del olvido. Olvidar la rotura del corazón perdido, olvidar el camino sin retorno, olvidar la arena en la playa de un adiós, olvidar el susurro de tus palabras, el beso frente a tu casa o la mía cada día al ir al trabajo, olvidarse. El sueño inquieto de la incertidumbre sin más. La última vez un «estamos bien nosotros» .
Seguir un cuerpo caduco, una duda de finalizar con la vida laboral y entrar en la cola de los jubilados, un interrogante frente al pánico pandémico . La cooperación se ha convertido en un ejercicio de servicios a la comunidad. Una materia . No hay voluntariado sino se convierte en una nota positiva de horas de prácticas. La mirada de los abuelos y abuelas en las residencias que como cementerios donde los elefantes van a encontrar la paz con ellos mismos , se apodera en las visitas . Ahora rotas por la situación. Somos una especie en peligro de extinción. Apocalipsis zombie. Walking dead . En la desiderativa lingüística el futuro ha dejado ontológicamente de ser posible, en el presente epistemológico todavía se sobrevive con o sin mascarilla . Las marionetas movidas por los hilos del tramoyista hacen bailar en el aire cada pie, cada mano, cada movimiento en el callejón donde está el taller de ese ácrata que murió hace tiempo. Miles de marionetas con alma en una noche memorable. A diferencia de la danza o el baile , el marionetista elige los movimientos aéreos que permiten entender el arte de las virtudes perdidas como decía Von Kleist .
Empieza el espectáculo. Se sube el telón. La saga renueva sus trémulas intenciones para que nadie pierda un contenido. ¿De qué debo hablar ? Creo que he dejado de esperar nada de esta vida . Ya me gustaría marchar. Dejar en paz el ruido ensordecedor que este mundo absurdo me ofrece ahora. Incapaz de haber aprendido algo sigo siendo un niño , egoísta y distante. Y así no se va a ninguna parte.
La clase virtual parece empezar . No pierdas tiempo. Un virus maligno ha pospuesto todos los sueños. Morir en paz. Dejar en el sillón roto de casa la vida misma para siempre. Los libros me comen a golpes, la música del piano repite siempre la misma melodía , la tristeza ha sesgado el corazón.
SI fuera posible vivir en el pasado que tuvimos , dentro de aquellos años felices junto a nuestros deseos y emociones vendería mi alma a un tramoyista . La marioneta baila dando el espectáculo para la ocasión.