Al final de los tiempos en el cristianismo se habla del retorno del resucitado. Parusía. Jesús , Dios hecho hombre, regresará para encontrarse con todas nosotras . Escatológicamente esto es una cosa de fe. Pero no una fe del obispo, el sacerdote, o el creyente, más bien se trata de la fe del carbonero. La fe del hombre que no espera nada , absolutamente nada porque nada puede ni tiene que perder. Amar a Dios es un ejercicio de desconfianza en una misma . Lo amas porque lo has perdido todo , incluso la vida misma. No es un DIos a medida, un dios regalo, un Dios auxiliador todo lo contrario es el Dios de Job . En este libro del Talmud , la tradición judía nos habla del hombre que ha cumplido con todos los preceptos y la vida no le sonrie , en apariencia recoge un final de su vida sin recompensa alguna a pesar de haber creído y amado a DIos. Este es el error de Job , porque no és el hombre que escoge a Dios . Es la gracia de Dios la que ha escogido en la cruz con su muerte como hombre amar a Job. Por eso en ese desamparo la vejez se presenta más solitaria que nunca, más sola y fría . Ese clamor de «Padre no me abandones», es el grito de una ancianidad difícil de vivirla como algo amable, sereno, dulce, plácido .. de ahí que la soledad del huerto de Getsemaní en Jerusalen , desde el mirador sólo se observan las tumbas de los judios enterrados en la tierra .
En la población cercana al campo de Auschwitz Birkenau en Cracóvia encontramos un centro custodiado por los franciscanos donde se encuentra esta imagen del inicio y algunas más . Se trata de una cripta construida y pintada con estas tremendas imágenessobrecogedoras , parecidas a un Infierno de Dante, parecidas a el horror vacui del mundo de los Landas (Langers) donde la leche negra se bebe y bebe , Sulamita como decía Paul Celan. La música toca esa marcha final . https://bratslonce.pl/labyrinths-by-marian-kolodziej-wystawa-labirynty-klisze-pamieci/– Una tocata y fuga TODESFUGE que impone y obliga al silencio más pétreo de quien se siente solo y abandonado . Por eso la mirada de dios no puede ser una suposición , ni una sugerencia, ni un auxilio social .. sólo quien se ama a si misma se permite ese abandono de Dios. En la película de Martín Scorsese «Silencio» en el encuentro budismo y cristianismo jesuita se observa ese desplazamiento entre vida y muerte, vida y no vida… Amarse en dejarse ir como Job con los brazos abiertos y los ojos al abismo de la muerte en un aprendizaje existencial.