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Mágico el pasear de mi mañana de último sol de verano. Del camino que va de la estación del tren al lugar de trabajo me encontré una abubilla . Hacía muchísimos años que no había visto una. Me recordó mi infancia cuando las veía a menudo. Con un despliegue de alas rojizas levantó el vuelo para posarse en una rama de una higuera. Pense en la belleza interior que me regalaba el día. Antes de ir al trabajo. Mi instinto penso en detenerme en el instante más allá de una foto para instagram . Y fué cuando en una segunda vez la abubilla levantó definitivamente el vuelo para perderse en el cielo. La seguí un breve momento mientras una enorme alegria y paz recorría mi cuerpo y mi mente. Era un hombre misticamente golpeado por la belleza del camino que abrazaba una abubilla para siempre.