En Krakòvia entre las calles hay una campana .Dice la tradición que quien da tres vueltas cumplirá su deseo. Yo no cumplí mis deseos . Por eso protesto contra mi mismo por ser un enorme tonto de la vanidad. ¿Cómo uno se puede creer que por dar tres vueltas se le van a cumplir los deseos más íntimos ? Mi deseo era que tuviera una muerte dulce y no fue así. Las promesas que van contra uno siempre le desvelan la fragilidad de esta vida efímera y cambiante. Nada permanece, nada es , todo es vacío, el vacío es forma, la forma es vacío. Y por eso aceptar que existe la posibilidad de la permanencia de algo o alguien no deja de ser una simple ilusión. Estoy feliz porque mi promesa no se cumplió , porque de haberse cumplido yo no me hubiese sentido mejor y ahora me siento feliz y en paz por haberme despedido de ella. En el ataúd su cuerpo sereno como la muerte dulce , por eso , a pesar de no haberse cumplido mi deseo seguro que finalmente obtuvo la paz para siempre.