Cierta experiencia con el otro como dice Levinas , el filósofo judío, permite intentar comprender la realidad algo mejor. La religión siempre ha consistido en encontrar una respuesta al sentido de la existencia. Reatar la relación entre Dios Alá , Jehova, Jahve, … con el hombre, la mujer, el ser humano. Sin embargo toda relación simbólica implica un camino , una ley, una práctica.. eso convierte en la institución en la garantía de ese camino , de esa unión con dios . Pero , ¿ qué pasa si la institución abusa con su poder para sostener su estatus oficial ? La espiritualidad que uno encuentra en el libro sea la Torah, el Talmud , el Pentateuco, El coran, el Tao, … parece no hablar por si sola lo que requiere saber leer y entender . En el muro de las lamentaciones he podido observar esto que venimos diciendo , esa relación entre el lamento del hombre en la pared , entre la cantidad enorme de deseos enrollados en papel e introducidos en las grietas del muro que luego se acaban enterrando o bien quemando por los rabinos . Pero en el interior izquierdo del muro se encuentran los túneles donde las torah más antiguas y sus practicantes parecen emitir un lamento más allá de un público que los ve .Y es que Dios no necesita de observadores anónimos que se muestren a los otros. El judaismo con el Sabat dedica toda su fe a la práctica con su Dios … esa espiritualidad encontrada en los profetas como Isaias o Ezequiel o Jeremias permite encontrarse consigo mismo en sus rituales que recuerdan ese vínculo con Dios. Ahora bien está claro que el antisemitismo del cristianismo desde hace siglos ha convertido esa sinrazón de dos religiones que se observan, se miran pero no se acaban de ver. Aunque conviene decir que la experiencia en la iglesia del Santo Sepulcro donde conviven cristianos ortodoxos , cristianos armenios, cristianos católicos, … hace pensar si en este otro lado las cosas están mejores o no en relación a esa vinculación con el sentido y su significado. Puede que la religión no sea hoy encuentro y por eso la última experiencia en Tel Aviv con dos personalidades del mundo árabe sufi musulman y del mundo judio progresista se hayan convertido en una verdadera posibilidad de entender que superar la religión significa dejar un tipo de camino temático, publicitario, poderoso, vistoso para salirse de esa senda y encontrar el atajo a una forma de espiritualidad mística de encuentro, de paz, de amor tal como escuche de ihab balaja