Hay que imaginarse a Jesús comiendo con pederastas para comprender que supuso en su época la acusación farisea de confraternizar con pecadores. Solo así percibiremos, cuando menos, el alcance, siempre desconcertante por equívoco, de la libertad profética.
a través de spotlight — la modificación
Claro precisamente encontrarse con el mal radicalmente permite entender que la religión no debiera salvarnos de nada ni de nadie y precisamente por eso puede dar cierto valor a lo que representa la opción de buscar en el cristianismo una aproximación a la propia existencia.