La verdad es algo que se nos vende y nos mercantilizan . No hay más verdad que aquella que nos dictaminan como verdadera por eso se constituye como LA VERDAD en mayúscula. De esta manera la creencia en la verdad es una forma de confabulación del poder con quienes lo sustentan y se someten a este.
Hay tres figuras hoy que mantienen esta idea , este criterio para vivir en esta apariencia de lo verdadero como si se tratara de una ilusión o maya al estilo budista que conviene no olvidar.
El político tiene clara conciencia de que nunca es bueno decir la verdad. Este director de oficina de banco, de empresa, de instituciones sociales y políticas mantiene esta idea en bien de la propia institución y de su poder. Se trata de evitar decir la verdad como cuando la iglesia sostiene la idea que hay una verdad que no la pueden entender algunos y por eso es preferible no decirla. Una verdad que se mantiene en el dolor y el sufrimiento de los infligidos. Podríamos decir que es una verdad indudable , y por eso incuestionable . No es la aletheia griega del poema de Parménides de Elea ni la veritas de Cicerón en su República , se trata más bien de una verdad de diseño según los cánones de hoy.
Como la que se escucha en las Universidades por parte de algún profesorado ya cincuentón que sentencia al entrar en los lavabos del rectorado :
- Fíjate aquí no hay pintadas en las paredes y hay letreros que indican que uno o una debe lavarse las manos por higiene . !Qué diferente de nuestros centros educativos¡
Lo ideal parece que sea no ofrecer resistencia alguna a este tipo de verdad que impera y que se vocea al viento y entre las mareas . Eso es así porque lo dice el poder político de quienes aguantan el país, la nación y el estado.
Luego está la figura del embustero profesional , el embaucador, el malintencionado, el que vive de la apariencia , del humo, del pinocho vivo y coleando que a perdido su propia conciencia por un plato de borrajas mal cocinadas. El personaje del embustero enmascara y oculta , disfraza y disimula ese decir y ser, ese afirmar y vivir en lo real, ese gesto sin palabra o esa palabra sin gesto o acto alguno. El embustero ejerce como tal porque tiene vocación de mentir , de superponer deliberadamente su pretendida verdad. Hay un extravío voluntario en esa mentira que propone amar sin sentirlo , que propone querer sin que sea así, puesto que la verdad es violenta, cruda, desnuda en el despertar del mañana , en el cruce de los caminos no se atreve el embustero a soltar la verdad. El embustero se deja llevar por las mentiras principales sea por una evidente maldad natural , sea por egoísmo , porque sabe que no se puede prohibir la mentira y teme a los efectos devastadores de una verdad incómoda , hiriente y permanente . ¿Quien no mentiría en favor de su vida cuando se le amenaza ? El embustero vive de su incapacidad por decir la verdad , no se respeta ni respeta la ley de la verdad, ni tiene coraje suficiente para estar donde la soledad de la verdad se impone.
Por último está quien cree que no hay unas mismas verdades verdaderas para todo el mundo. No se trata pues de saber quien tiene la razón , quien tiene la verdad , quien decide sobre su misma verdad , .. tampoco es la verdad de una mayoría que impone, ni la de una minoría que reivindica , ni de una verdad histórica ..sino se trata de quien está seguro que no existe la verdad, sólo existen perspectivas, así a una determinada relación de uno con eso que queremos llamarle verdad.
Por ejemplo un abandono de un animal en la calle, el campo, o el bosque para alguien puede ser motivo de alegría pensando que así su carga responsable se aligerará , para otros motivo de gozo pensando que su perro o mascota será por siempre más libre… todos podemos creer en nuestra verdad única.