Escuchaba alguien un día como mueren los conejos despellejados vivos. Como un día el marrano o cochino chilla sin parar al sonido del soplete. O bien, las gallinas o los gansos que servidos ya en la mesa todavía son capaces de emitir los últimos sonidos de vida o muerte. Y todo esto- y cosas que por razones de espacio no se explican- como si se tratara de una fiesta, de una verdadera razón para sentirnos alegres, contentos. Pero si alguien tiene algo de imaginación y se le ocurre ponerse a pensar cada una de las cosas que se contaban allí puede que se sienta algo conmovido. El dolor de los animales, la tortura, la vejación con los animales, el ensañamiento con los animales, el asesinato de estos seres indefensos en tanto inconcientes de lo que les espera no nos debería dejar indiferentes. Hace tiempo el projecto SIMIO planteaba cuestiones como esta con los experimentos con animales o con su comercialización. Pero si vamos más allà y somos capaces de pensar por un momento fuera de nuestro antropocentrismo egolátrico quizás podamos darnos cuenta de lo que significa todo esto. El planeta poco a poco ha ido acabando con sus recursos, se extinguen las especies, se queman los bosques, se contaminan las aguas, se abre cada vez más la capa de ozono. El ser humano continua creyéndose el rey de la creación y eso le está pasando factura. La cultura más que ser un lugar para adaptarse al medio acaba por ser un espacio de recreo y ocio. No nos hemos sabido adaptar porque hemos acabado convirtiendo nuestros espacios en lugares inhóspitos para la mayoria de seres. No se trata de vivir exclusivamente nosotros solos ( o puede que sí ? ) . El planeta como alguien dijo hace tiempo , agoniza y se muere. El cambio climàtico parece que ha generado un bom de reacciones como especie que puede originar en cadena una conciencia global que nos despierte a la acción.
En la conversación que al principio nos referiamos el efecto que acabó produciendo en algunos de nosotros fué de gran pena, de gran lástima por nosotros mismos. Si antes el vegetarianismo nos parecía una moda pasajera ahora algunos de nosotros hemos empezado a aproximarnos a él. Quizás por amor , por simple amor a nosotros mismos, por simple razonamiento de lo que queremos ser, de lo que queremos aprender a vivir. El sufrimiento de los seres en general no puede ser un ejercicio de manifestación de algo como una fiesta, como una celebración , incluso como un ritual para procrear y luego matar impunemente a quienes viven para ser comidos. Todo nos ha hecho pensar. El mundo debería cambiar sus hábitos, sus costumbres, sus intereses y realmente reconocerse como civilizado, como generoso con lo que es y lo que le ha representado ser. La vida no puede ser fruto de una comercialización que nos lance al vacío y a la nada. La vida debe ser una oportunidad para recuperarnos de lo que hemos dejado de ser. Quizás un día solitariamente en una playa meditaremos sobre ello y nos entusiasmaremos como lo hizo Simone Weil por la madre naturaleza: sabia y consejera.
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