La muerte de un hombre.


Era el año 399 a.c cuando Sócrates fué acusado por Meletos, Anitos y Licón. En la orden se decía lo siguiente: » Yo, Meletos, hijo de Meletos, del demos Piteo, acuso bajo juramento Sócrates, hijo de Sofronisco, del demos Alopece. Sócrates es culpable del crimen de no reconocer los dioses reconocidos por el Estado y de introducir nuevas divinidades, incluso es culpable de corromper a los jovenes. Pena que se pide: la muerte».
¿Cómo podía exigirse una pena de muerte por unas acusaciones de este tipo? Anitos tenia algo personal con Sócrates y la democracia necesitaba encontrar una excusa para recuperar el control social y político. Crítias había sido el más cruel de los Trenta tiranos y era amigo de Sócrates. Tambíen Alcibiades, amigo de Sócrates, se le conocía por sus escándalos y sacrilegios. Pero no parece que ninguna de estas razones sea realmente sólida. ¿Podía ser tan fuerte la cuestión personal de Anitos para que un hombre nunca con nada pendiente con la justícia fuera condenado a muerte? ¿Y la democracia podía ajusticiar a un defensor de la libertad y la verdad? La venganza de Anitos era la recriminación que Sócrates le había hecho por descuidar la educación de su hijo de manera pública ya que sólo se preocupaba para que su heredero continuase en el negocio familiar. ¿Cómo se entiende esto ?
El proceso contra Sócrates se entiende pués como un proceso contra el pensamiento que investiga, que interroga y que huye de la mediocridad cotidiana, de la masa, el vulgo o la plebe. Sócrates impide dormir y descansar con las soluciones sociales y morales que establecia la ciudad de Atenas. Impedía pués pensar siguiendo los simples hábitos que adquirimos: resulta incómodo, porque intranquiliza socialmente. Sócrates argumenta de manera evidente contra el orden y la estabilidad del autoritarismo. Anitos pide la muerte pero no la muerte de un hombre como él sostiene sinó de una conciencia.No hay ayuda posible porque la rechaza. Sócrates es condenado a muerte. El lenguaje de la mentira se revela más convicente que el de la verdad. Sócrates acaba por despedirse diciendo: » Todos aquellos que buscan desacreditar nuestra ciudad os echaran en cara haber condenado a muerte a Sócrates, un sabio. Porque, para avergonzaros , diran que yo soy un sabio, aunque no lo sea. Si tan sólo os hubieseis esperado un poco , la cosa se habría producido por si sóla, puesto que ya veis que tengo una edad: soy un hombre grande y cercano a morir…..» Para Sócrates la lécción que intenta dar no resulta otra que aquella : dedicarse a la filosofía es aprender a morir.

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