Receta para un desahogo.1ª parte.


Todo aquello que nos molesta o estorba acaba con nosotros. Como la paciencia o la austeridad. Repetir constantemente aquello que nuestra conciencia nos produce puede que nos sea un problema. Pero si ponemos una pizca de ilusión bien finita a «lo juliana» y a fuego lento cocinamos con el corazón que tenemos y algunas lágrimas de ese desconsuelo que un día perdimos puede que empecemos por conseguir un buen estofado. Nos faltará evidentemente el producto principal , lo que da sustancia, lo que resulta la esencia básica de nuestro cocido o estofado, la matéria primera. Sigamos pués añadiendo los condimentos con ternura y esmero lentamente y sin prisa como si tuviesemos todo el tiempo del mundo pero lejos de virtudes teologales y así podremos conseguir una cierta ligereza que dará cierta dosis de felicidad a nuestra comida. Y si la suerte nos sonrie y la esperanza nos confirma nuestra creencia en el arte culinario podremos alcanzar el cenit de la accidentalidad en nuestra comida. Hacer del accidente una razón para seguir probando, a través de los sentidos, cada novedad irresistible y cada instante por distante que nos parezca. A lo lejos la sustancia dejará de ocupar ese espacio que alimentaba nuestro ser porque está demasiado idealizada y ya no nos interesa. Nicolas de Staël entendía así que del arte del accidente podemos hacer motivo de producción artística. La cocina gana y ellos pierden. Dejamos ya de tener un problema y nos hemos desahogado una vez más consiguiendo que el placer sea la razón de nuestra existencia.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s