MIradas.


Veo todo aquello que me sugiere algo distinto y diferente. Por eso el mundo se me vuelve a veces transparente y otras veces opaco. Mi mirada lo vuelve extraño, como si fuera un extranjero que se ve sometido a través de los ojos de los otros , a todo aquello que uno pudo amar un dia , todo aquello que fue y dejo de ser con el paso del tiempo. Bergman sabía entender muy bien este juego de mirar a la cámara o de observar con la cámara una mirada , que queda detenida entre el tiempo y el espacio. Asi se penetra secretamente en el otro para que se produzca una cierta radiografía de su conciencia. Y por eso no resulta lo mismo ver, que mirar, que observar e incluso que contemplar. Seguramente somos más observadores de distancias , de seres lejanos que contempladores con nuestra mirada de espacios íntimos.

Observar , observar, observar…. con ojos de científicos determinando el límite de todo, recogiendo en las variables de mi cuaderno cualquier señal o signo que me conduzca a la realidad que tengo delante. Los médicos por eso observan al paciente jamás lo miran , porque no les interesa les podria comprometer demasiado. Observar es más distante, porque forma parte de la lógica de la distancia espacio temporal. El científico busca en la observación un mecanismo de objetivización de la realidad. Así se observa y así es. No hay error.

Mirar, mirar, mirar …. a través de mi piel y otros sentidos. Quien mira es capaz de acercarse al otro poco a poco sin prisas. Se le aproxima con ternura porque le concede en la mirada un silencio complice y compartido. Por su puesto en silencio. Mirar a la chica del vagon de metro, o al chico del vagón de metro como si fuera ese ser próximo y hermano. Imaginar sus vidas y contarnosla en silencio a través de el encuentro de nuestras miradas. La mirada es acogedora, es el abrazo que nos ayuda a explicarnos mejor quienes somos y que hacemos.

Contemplar , contemplar, contemplar …… con el pensamiento ese paisaje que tengo delante. Esa idea que me dibujo, esa mujer a quien deseo o ese hombre que me apetece. Contemplar para poseernos ambos, para detenernos en la eternidad. Quien contempla atraviesa con el pensamiento los espacios del reconocimiento. Pocos sabemos contemplar porque no hay tiempo y la contemplación requiere meditación, una cierta estética existencial que nos haga detener el tiempo y nos vuelva ausentes de forma permanente. Contemplamos en la cima de la montaña el espacio abierto que nos absorve , contemplamos un ária de opera que nos sobrecoge en lo infinito, contemplamos el cuadro aquel que aprendimos con él la belleza, y así tantas cosas .

Mirones, voyeures, observadores, contemplativos, fisgones, …… todo simplemente con unos ojos.

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